TACONES CARDINALES
Si el oro halla en tu piel sus catedrales,
veranos en tus ojos la guindilla
y es tal el colorado en tu mejilla
como las llamaradas infernales.
Si yo tus cuatro puntos cardinales
quisiera recorrer de orilla a orilla
como si fueras ramas y yo ardilla,
como si fuera pez y tú corales:
No vengas subidita a tus tacones
que al diablo de mi izquierda le socarras
la pólvora encendida de la vena,
ni deshojando, pilla, tus botones
que a mi ángel la razón le desamarras
y apunto está de entrar en la condena.
Autor: Doblezero
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